Quiero mucho a mis zapatillas
y a las plantas de mis pies,
sobre todo cuando voy a buscarte.
Entonces hundo las cenizas de mi cabeza bajo la lluvia,
miro a los semáforos como a sueños,
como a destellos del olvido al que no voy.
como a destellos del olvido al que no voy.
Los colectivos pasan llenos de chicos que van a la escuela,
con sus montones de errores de ortografía
escondidos en la mochila y que eso no importa.
Solo importan sus hormonas santas, sus onomatopeyas
de fin de semana.
Solo importan sus hormonas santas, sus onomatopeyas
de fin de semana.
Y quiero mucho a mis zapatillas
y a las plantas de mis pies y a mi corazón
funcionando y a la ciudad que me crece
del lado de la esperanza
con la que camino.