Por el camino del misterio y el delirio va el poeta con su mente
intrincada
de adjetivos para ponerle a la puta muerte,
(distintos adjetivos de la sustantiva puta)
o a la puta vida
( distintas adjetivas que vida)
porque vida es una sustantiva y vivir solía ser un
verbo hasta que a alguien se le ocurrió
que dios era un fiambre.
Por el camino de la misteriosa y delirante
lleva el poeta sus testículos adverbialmente
cargados de palabras para decirle a su novia,
o si no la tiene a
cualquier cachi que se cruce en el colectivo
y le vuele las silabas a la palabra
gra-ve-dad-
Asì ta Poe, rumiando oepta
y Marechal perroarboleando
y Juan Gelman
haciendo una sola valija
en la que caben todos sus pedazos
y toda enterita la poesía.